23 de marzo de 2012

19

Un día de marzo. Agradable y casi veraniego día de marzo. Acabo de cumplir diecinueve años hace apenas una semana, sí, casi llego a la veintena. No es que no me guste la idea pero, no sé, se me hace raro saber que todo continúa, que sigue su curso. Sigo madurando, descubriéndome a mí misma, pero, me siento pequeña al mismo tiempo, tan pequeña como una mota de polvo en un estadio para dos mil personas, tanto como una pequeña piedra en el cauce de un río, o como un vago recuerdo en la memoria que pronto olvidaré. Siento que no sé nada; no sé qué haré en el futuro, sigo sin saber escribir con la mano izquierda, sin saber porqué nunca tuve telequinesia, sin saber cómo, qué debo hacer para cumplir mis sueños, sin saber hacer la "O" con un canuto, sin ser capaz de tocar una burbuja sin romperla...y, sobre todas las cosas, sin saber lo que es amar siendo correspondido.
Habré visto cientos, miles de películas de amor, series, he leído libros, muchísimos libros, he escuchado canciones, he visto parejas besarse, abrazarse, quererse, amarse. Pero aún así, aún sabiendo cómo funciona, qué es lo que se hace, no he tenido la oportunidad, no he podido vivir esa experiencia hasta el momento. No he estado horas al teléfono hablando con esa persona a la que he visto hace escasa media hora, no me ha abrazado esa persona especial, ni me ha dicho lo guapa que estoy un sábado después de pasar cinco horas en el espejo, no me han cogido de la mano suavemente por la calle, no me han agarrado de la cintura y me han besado apasionadamente, y, lo más importante, nunca me han dicho bajito al oído "Te quiero".


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts with Thumbnails