30 de septiembre de 2010

Valió la pena

Sí, creo que valió la pena. Se que nada volverá a ser cono antes, sé que esa complicidad ha desaparecido, que aquella amistad que las dos compartíamos se esfumó. Y tú bien sabes que no fue mi voluntad, sino la tuya. Pero aún así, pienso que valió la pena compartir esos momentos contigo, esas risas, esos secretos, esos momentos ridículos que nos gustaba recordar de vez en cuando o las tonterías de las series de televisión, que repetíamos una y otra vez hasta la saciedad...
No te guardo ningún rencor, no te odio por ello, es más, me has ayudado. Gracias a ti he conocido a varias personas que ahora son importantes en mi vida y que realmente no pensé que algún día lo fueran. Y, aunque no olvido esos ratos tan amargos que me hiciste pasar, pienso que seguramente dentro de algún tiempo lo habré hecho. Entonces, sólo guardaré un bonito recuerdo de aquella amistad de mi infancia, y parte de mi adolescencia, que, aunque no lo creas, yo estimaba y que ya forma parte de mi historia, y de mi vida.

22 de septiembre de 2010

Acabar con los miedos

Todo empezó un día cualquiera, un día nada especial para los demás. Tú llevabas ya algún tiempo rondando por mi cabeza, justamente el mismo tiempo que hacía de aquel viaje. Yo no podía dejar de pensar en tu sonrisa, en los momentos tan mágicos que habíamos pasado juntos, sí, mágicos, porque casi no podía creer que todo aquello hubiera pasado, llegué a pensar que eras producto de mi imaginación, que todo había sido un sueño, que mi cabeza se había vuelto loca al no encontrar una persona como tú y te había creado en mi subconsciente tan perfectamente que podría jurar que eras real.
Pero entonces una tímida idea asomó por mi cabeza, esa idea me decía que no te podía dejar escapar, que lo que habíamos vivido, aquello que ocurrió entre dos desconocidos no podía ser ignorado, no podía ser olvidado, que me tenía que subir al tren, tenía que saltar al vacío, que no te podía dejar escapar...y así me aferre a la poca valentía que me suele caracterizar en temas sentimentales, escondí mis miedos lo mejor que pude y me subí a ese tren, ese tren que me llevó a ti, a lo nuestro.
Hoy puedo decir que nunca me hubiera perdonado que el miedo me superara, no haber hecho lo imposible por estar a tu lado, y sobre todo, no tenerte. No tener tus besos, tus abrazos, tu mano acariciándome el pelo de esa manera que sólo tú sabes, los nervios que recorren mi cuerpo durante ese ínfimo instante antes de darte un beso, o incluso tu forma de sacarme de quicio.
Esos miedos que tuve un día, hoy se han transformado en otro tipo de miedo, miedo a que te quieras bajar del tren, a que ya no te interese viajar conmigo y te me dejes en la primera parada que encuentres. Pero ¿sabes? haré con ellos lo mismo que hice con los otros, los esconderé en un baúl y sólo pensaré en devolverte toda la felicidad que me has dado y que todavía me sigues regalando.

Este es un texto que me enviaron por tuenti para que lo arreglara y, bueno...¡aquí está! espero que os guste ;)

10 de septiembre de 2010

Magia

Esa palabra que todos hemos nombrado alguna vez y por supuesto hemos querido poseer. Esa palabra que parece esconder tantos secretos, secretos que deseamos descubrir. En la infancia, la queremos para convertirnos en príncipes, princesas o simplemente magos. Hemos pensado miles de cosas que podríamos hacer con ella, cosas como volar, hacerse invisible o viajar en el tiempo. O a veces hasta para sacarnos de algún apuro...
Pero no nos damos cuenta de que la magia no es algo que se pueda tener o no, la magia esta, aparece en ciertos momentos, momentos especiales de nuestra vida, momentos que no se repiten muy a menudo pero que nos llenan cuando ocurren. La magia esta en todas las personas que creen que estos momentos fugaces pueden ocurrir. Momentos como un primer beso, tumbarse a mirar las estrellas o pasear por la noche en la playa con esa persona especial, la magia esta en nuestros deseos, sueños e imaginación.

7 de septiembre de 2010

Invierno

Hay una parte de mi que desea la vuelta de la fría estación invernal. Puede parecer absurdo pero hecho de menos el frió. Las tormentas de otoño. Dormir debajo de dos pares de mantas en la cama. Pasear por el parque con la cazadora de piel y una bufanda que me tape la nariz enrojecida por el frío, andar pisando las hojas de colores marrones, naranjas y amarillos esparcidas por todo el suelo. Estar sentada en el sofá tapada con una manta hasta la barbilla viendo una película, mientras las gotas de lluvia golpean mi ventana... Son cosas que hecho de menos, aunque, sé que para cuando me quiera dar cuenta, estaré aburrida de hacerlas y desearé que llegue rápido el verano otra vez. La verdad es que... soy así...¿Qué le vamos a hacer?

3 de septiembre de 2010

Quiero

Quiero soñar despierta, coger con mis manos una pompa de jabón, lanzarme al vacío y emprender el vuelo justo antes de llegar al suelo. Pasear descalza por la calle, andar sobre el agua. Viajar contigo a un lugar que nunca antes haya sido descubierto, convertirme en princesa, besarte hasta que los labios me duelan. Quiero ascender hasta las estrellas, nadar libre en un lago de aguas tan azules como tus ojos. Quiero vivir en una casa hecha de gominolas, bailar bajo la lluvia, dormir junto a ti en el tejado bajo un cielo cubierto de estrellas...
Son cosas ridículas, imposibles...o ¿quizás no? Porque cada vez que nuestras miradas se cruzan haces que me sienta como si se hicieran realidad todos mis deseos al mismo tiempo.

1 de septiembre de 2010

El fin del verano

El final del verano se acerca. Se acerca y yo no puedo hacer nada para evitarlo.
No sé como voy a hacer para volver a mi vida, a mis estudios, a mi estrés por los exámenes...
Sé que va a ser duro, sobre todo porque no te tendré cerca. Me había acostumbrado a estar contigo todos los días, a asomarme por la ventana y verte llegar a la misma hora de siempre, sonriente, con esa manera de andar, a proponerme algún plan para pasar la tarde a tu lado. Muchos de ellos eran tan sencillos como sentarnos en un banco a hablar mientras comíamos un helado, pero eso era suficiente para nosotros, sentirnos el uno al lado del otro era más importante que cualquier otra cosa en el mundo. No nos hacía falta nada más. Hablábamos de cualquier cosa, nos reíamos por nada...era evidente que estábamos enamorados.
Pero aunque el verano se acabe, cada momento que tenga, lo compartiré contigo. Porque te has convertido en una persona muy importante en mi vida y porque mi amor por ti crece más cada día.
Related Posts with Thumbnails